Buscar este blog

viernes, 15 de febrero de 2008

DESAPARCAR




No soy un experto en nada, pero me gustan muchas cosas. Suelo decir que juego a todo, pero mal. La gramática y la riqueza del idioma castellano están ahí esperando que le dediquemos un poquito de tiempo y disfrutemos de ella, aún a riesgo de que los que nos rodean nos consideren unos pedantes por utilizar determinadas palabras. Cada vez más, según estudios, estamos reduciendo y estropeando el número de palabras que empleamos en nuestro vocabulario, lo que supone de alguna manera ir cerrando poco a poco nuestra mente, acomodándonos en un lenguaje pobre y repetitivo. Si unimos una generalizada falta de lectura, libros o prensa, sustituida por grandes dosis de información visual y oída, estaremos preparando un cóctel que será abono en nuestra vejez de enfermedades como el Alzheimer. Pero no se trata de anticipar el futuro, sino de comentar cosas curiosas del castellano en relación con el prefijo «des».

Un ser muy querido utiliza el mencionado prefijo con profusión. Todos habremos oído alguna vez a los niños, en sus primeros escarceos con el idioma, pronunciar palabrejas como «abrido» y «ponido», a todas luces lógicas desde su punto de vista y resultado de aplicar las mismas normas y deducciones que en «leído» o «cogido». La riqueza del castellano nos hace corregir al niño indicándole que se dice «puesto» y «abierto».

Esta generalización puede aplicarse al uso del prefijo «des». Hasta hace unos momentos, la palabreja que sirve de título a este suelto, era considerada por mí como inválida, no correcta. Un acceso al diccionario clásico ESPASA CALPE de 8 tomos más apéndices, en papel, resulta fallido en localizar la entrada y el correspondiente significado para «desaparcar».

Pero los tiempos cambian y los diccionarios en papel solo quedan para nostálgicos y para enseñar en el colegio a manejarse y practicar el abecedario. De hecho, un acceso al Diccionario Oficial de la Real Academia de la Lengua, conocido como DRAE, nos muestra que «desaparcar» existe y nos aclara su significado, que ya intuíamos en caso de ser una palabra correcta: «Retirar un vehículo de donde estaba aparcado». Lógico ¿no?

Lo peor es la cara que voy a tener que soportar cuando comunique a ese ser querido que su palabra existe y es correcta. Menos mal que algunas otras que emplea, como por ejemplo «destender», por la acción de quitar la ropa que está tendida, siguen siendo inválidas tanto en el diccionario en papel como en el electrónico. Pero esta situación puede ser temporal y puede ocurrir que en una de las futuras revisiones que hacen los académicos decidan incorporar el término: ¿Por qué no? Tan raro nos puede sonar desaparcar, que ya hemos dicho que es correcto, como «destender» que por el momento no lo es.

En estos días se puede ver un anuncio en televisión de un banco que juega con este concepto. Concretamente anuncia la «deshipoteca». Tampoco figura en el diccionario, pero todo el mundo sabe lo que quiere transmitir y además causa impacto, cuestiones importantes de fondo de un anuncio.

Puestos a hacer de ratoncillo de biblioteca y a hurgar en el diccionario, en el electrónico que es más cómodo y directo, he averiguado que el prefijo «des» tiene mucha más enjundia. No solo antepuesto a una palabra indica negación o inversión de su significado, como por ejemplo en desconfiar o deshacer. Puede transmitir la idea de -exceso o demasía- como en deslenguado, -privación- como en desyerbar, fuera de- cómo en deshora o afirmación como en despavorido. No olvidemos también que hay palabras en castellano que empiezan por «des» y en su caso son simples letras y no un prefijo, como desastre, descenso, destino o destacar.

No he sido capaz de obtener via internet una relación completa y actualizada de todas las palabras oficialmente admitidas que comienzan por des. No sé si se podrá hacer o simplemente que yo no he tenido la destreza necesaria para obtenerla. Por el contrario, en la edición en papel del diccionario antes comentado podemos encontrar 65 páginas llenas desde el “des” como prefijo hasta deszumar, que no es otra cosa que sacar o quitar el jugo como habremos podido deducir. Claro que no todo es «des» en esas páginas, pues se cuelan cuestiones que no tienen nada que ver, como «Descartes, Renato», célebre filósofo y matemático francés, o «descuernacabras» aparentemente deducido de descornar y cabra pero que es el nombre que se aplica a un viento frío y recio que sopla en el norte de España. Aún así son pocas excepciones y la gran mayoría de las acepciones de esas 65 páginas corresponden de lleno con el tema que estamos tratando.

Deberemos tener cuidado de ahora en adelante. Aplicar la regla no sirve. Si lo hiciéramos, diríamos o pensaríamos que un deslenguado es uno al que le han cortado la lengua y sin embargo es todo lo contrario, la tiene puesta, bien puesta, y la usa con profusión y desatino. Puestos a buscar curiosidades nos encontramos con que «deshabitar» no es lo mismo que «desabitar» aunque suene igual. La bitas son los soportes de hierro o madera que se encuentran cerca de la proa de un barco y que sirven para enrrollar o desenrrollar la cadena o cabo del ancla. ¿somos capaces de aventurar lo que significa «desabitar»?

Reiterando nuestro respeto a nuestro reciente amigo «des» y cuidado que no es todo como parece, desasnemos nuestro cerebro, desapolillemos nuestra entelequia, no desaprendamos lo que ya conocemos, echemos fuera la desgana, desgravemos todo lo que legalmente podamos, no desimaginemos lo que bonito y bello hayamos imaginado, no nos desmadremos ni desmejoremos, no nos desmoronemos ante algunas adversidades, seamos cuidadosa y graciosamente desordenados y/o desorganizados, no desfallezcamos o desistamos, no seamos destructivos y desarrollemos y despejemos todo lo que podamos nuestra mente, con esta u otras cuestiones parecidas.

En suma y fuera de diccionario español, pero sí dentro del mejicano, «desaburrámonos» lo máximo posible. Y para contribuir a ello y por alusiones anteriores, desyerbar, desherbar y desgatar tienen significados muy aproximados o incluyentes aunque no lo parezca y la última de las tres nada que ver con esos simpáticos animalitos.