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domingo, 29 de mayo de 2011

BIBLIOTECA

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Las fuentes de información a las que tiene acceso una persona van variando con el paso de los años, antes muy lentamente y en la actualidad a una velocidad de vértigo. En mi época de adolescente estudiante a la vez que adolescente trabajador, una de mis aficiones cuando disponía de tiempo y horario adecuado era visitar la modesta biblioteca local instalada en los bajos del ayuntamiento. Una sola estantería era mi punto de destino y no era otra que la que albergaba la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana más conocida familiarmente como la Espasa o Enciclopedia Espasa-Calpe haciendo honor a su editorial, compuesta por cerca de cien volúmenes de tomo y lomo, entre los básicos, adiciones y complementos. La vastísima información contenida en ellos aseguraban horas y horas de entretenimiento y descubrimientos no solo en el tema que había ido a buscar sino en otros adyacentes que llamaban mi atención. Era fabuloso complementar los conocimientos obtenidos en los libros del colegio y transmitidos por los maestros con los contenidos en la enciclopedia. Según la Wikipedia, “en el año 2000, la Enciclopedia Espasa contaba con 113 volúmenes -116 tomos- (excluyendo el Índex 1934-1980 por redundante), y según cálculos realizados por sus editores, más de 175.000 páginas, 200 millones de palabras, 197.000 ilustraciones en negro, 4.500 láminas en color, 5.000.000 citas bibliográficas y 100.000 biografías”. En suma, toda una fuente de conocimientos y del saber.

Las enciclopedias de este tipo quedaban desfasadas por los acontecimientos día a día y de ahí los volúmenes adicionales que a modo de actualización se publicaban de vez en cuando, lo que hacía farragosa cualquier consulta que quisiéramos efectuar según la actualidad del tema. Las enciclopedias han quedado casi como adorno ante el empuje de la información electrónica e internet. Aún conservo el DVD con la última edición de la enciclopedia electrónica ENCARTA por sus acertados contenidos y sobre todo por las animaciones que el ordenador hace posible, y que ayudan a entender y comprender el funcionamiento de las cosas. Una de ellas que me llamó la atención en su día era el funcionamiento de un motor de explosión. Una imagen, o un video si son imágenes animadas, vale más que mil palabras, por no hablar también del sonido, que nos permite escuchar los cantos de las aves o emisiones de radio de hace ya muchos años.

Hace unos días, en una conversación de patio de vecinos, una de mis vecinas me preguntó si yo sabía lo que era la “mena”. Los profesores ahora ya no fomentan entre sus alumnos las visitas a las bibliotecas sino que directamente les encargan trabajos con la consigna de que busquen la información en internet. Buena cosa es, que se vayan acostumbrando pero en según qué edades, el trabajo de fondo recae en los padres, bien porque todavía no hay conexión en casa y hay que buscarlo en la oficina, o porque los chavales solo se manejan bien en las partes informáticas que les interesan, tales como el “Facebook”, “Tuenti”, “Messenger” o “Youtube” por citar algunas. La vecina tuvo a bien en aclararme que se trataba de un trabajo sobre mineralogía.

Era, pues, una buena ocasión para acercarse a la biblioteca, ya no tan modesta, y consultarlo en la vetusta enciclopedia. Pero para mi sorpresa ya no estaba en su sitio, ya que según me informan ha sido retirada por su poco uso y su gran ocupación. Me tengo que conformar con la consulta en casa en la misma enciclopedia, versión abreviada de ocho volúmenes, que adquirí a finales de los años setenta. Junto a información de militares o escultores cuyo apellido es Mena, la definición de “mena” que encuentro en ella es la misma que figura en el diccionario de la Real Academia: “Mineral metalífero, principalmente el de hierro, tal como se extrae del criadero y antes de limpiarlo”.

La verdad es que me aclara poco, por lo que ya me dirijo a consultar al Sr. Google, que es el que mayormente utilizo, y ahí si se abren un montón de explicaciones que me centran en el tema. De forma tangencial aprendo el significado de un término relacionado, cual es “ganga”, donde nuevamente coinciden la enciclopedia y el diccionario: “Materia que acompaña a los minerales y que se separa de ellos como inútil.” Estos términos, que no recuerdo haber estudiado en mis tiempos de las llamadas Ciencias Naturales, en tercero del antiguo bachillerato, aparecen acompañados de numerosos ejemplos de los minerales más corrientes y no tan corrientes. A base de buscar, leer, entresacar, copiar y pegar, se puede conseguir un trabajo aceptable.

Internet ha ganado por goleada a la vetusta enciclopedia. No tenía ninguna duda pero hay que tener en cuenta los años transcurridos y lo más seguro es que mucha de la información de internet haya salido de la propia enciclopedia.
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domingo, 22 de mayo de 2011

MANSOS


Hoy se celebran en España elecciones para rellenar los ayuntamientos y las autonomías, no todas, de políticos que van a regir nuestros destinos en los próximos cuatro años. Como recuerdo nítidamente la primera vez en mi vida que se celebraron estos eventos, allá por abril de 1979, la perspectiva de su efectividad arroja sobre mi actitud un planteamiento inicial de indiferencia y desánimo.

Tras una época en España en la que las libertades estuvieron seriamente recortadas, las primeras elecciones municipales nos dieron la oportunidad de participar con nuestros votos en el cambio y nos creímos que los elegidos iban a regir nuestros destinos haciendo lo mejor para todos. Y añado, no solo para ellos. Más de treinta años después, una de las cosas peor valoradas por los españoles, tras el condumio, es la clase política. Por algo será. Un partido y otro, que tan solo ha habido dos, se han ido alternando con mayor o menor fortuna debido a los bandazos de la economía. En ocasiones les ha tocado bonanza y “lo han hecho bien” y en ocasiones las ha tocado crisis y "lo han hecho peor". Ambos dos. Otros más pequeños andan a la comparsa a ver si con alguna ayudita en momentos puntuales pueden sacar tajada. Y así nos va, como digo, treinta años después.

La foto que ilustra esta entrada está tomada en 1979, justo un mes después de las primeras elecciones municipales, en un pueblo cualquiera un día especial, al menos en aquellas fechas: el 1º de Mayo, día de los trabajadores. Las manifestaciones eran sistemáticas ese día porque había mucho por lo que luchar. Todavía mantengo muy vívida en mi retina la imagen de una de las muchas manifestaciones a las que acudí, a principio de los años setenta en vida todavía de Franco. Estábamos sentados en medio de la Castellana en Madrid reivindicando no sé qué. Los caballos de la policía, los grises, nos pasaban al lado con aquellas patazas. Nos daba miedo mirar hacia arriba y ver en lo alto el policía, con su enorme porra, mirándonos no sé si con desprecio o compasión, mientras temíamos que el caballo se desbocara y nos pisoteara a todos. Vamos, que nos jugábamos el bigote y eso que algunos todavía casi no lo teníamos.

Muchas de las ventajas laborales y sociales que se consiguieron en aquella época han caído de un plumazo en los últimos años, con crisis o sin crisis. Volvemos al trabajo de sol a sol, por cuatro míseros euros, por resumirlo en pocas palabras al tiempo que se recortan muchos derechos por los que hemos estado luchando, y pagando, durante años. Y me da la impresión de que pagamos todos, pero más los que menos tienen.

Llevábamos unos cuantos años los españoles muy mansos. Cada uno a lo suyo, luchando por mantener lo poco o lo mucho que se ha conseguido a base de trabajar y ahorrar como las hormiguitas. Parecía que las elecciones de hoy iban a ser un mero trámite más para poner en ayuntamientos y autonomías a los mismos o a otros que iban a seguir como hasta ahora. Apañándose con amigos y familiares, subsistiendo como Dios daba a entender a cada uno. Y mientras tanto soportando mensajes de políticos y banqueros diciendo cosas inconexas un día para cambiar el discurso al día siguiente. Ya ni las prestábamos atención porque en el fondo no nos interesaba y sabíamos que se preocupaban por ellos mismos y no por nosotros. En estos días se ha publicado lo que ganan al año, lo OFICIAL, algunos de los que nos arengan diciendo que tenemos que trabajar más, descansar menos y ganar menos. Un consejero delegado del banco más fuerte español se mete a la buchaca más de NUEVE millones de euros al año, el presidente de timofónica casi NUEVE y para que seguir. El sueldo, repito lo de “oficial”, de uno de estos señores equivale al de QUINIENTOS de los llamados mileuristas, más o menos.

Parecía que iban a ser un trámite más estas elecciones. Pero no. Movimientos ciudadanos han puesto en candelero a políticos y banqueros y se han lanzado a la calle de forma pacífica para decir BASTA. Tuve contacto hace meses y he seguido de cerca el movimiento #nolesvotes ( http://www.nolesvotes.com/ ) surgido a raíz de la aprobación de la llamada Ley Sinde donde los dos partidos mayoritarios más un adlátere regionalista se pusieron de acuerdo para poner en marcha ley tan esperpéntica como falta de imaginación. Son de esas leyes que no se pueden llevar a cabo y que parecen surgidas del siglo pasado. Hay hasta manuales sencillos para que esa ley no tenga efecto práctico y sea inviable llevarla a cabo. Un desprestigio más que añadir a la justicia.

A la par han ido siguiendo otros movimientos como #democraciarealya y otros parecidos que han aglutinado un sinfín de pequeños grupos y cuya puesta de largo fueron las sesenta manifestaciones convocadas en España el pasado 15 de Mayo. Tuve oportunidad de asistir a la de Madrid y recuperar vivencias de mi juventud viendo a la gente dejar su mansedumbre y moverse y movilizarse por algo en lo que cree y hace falta: un cambio en las maneras y en las formas. Allí había todo tipo de personas, jóvenes, mayores, familias, españoles, inmigrantes….

Y al final lo mejor de todo esto es que a los que nos mandan, a la vista o en la sombra, les ha pillado desprevenidos. No saben por dónde les ha venido y han reaccionado de las maneras más variopintas. Al principio creían que era una lluvia pasajera pero lo que se está viendo y viviendo en la Puerta del Sol, en otras ciudades españolas e incluso en muchas embajadas de España en el extranjero, dan una idea de que algo se mueve. No sé el tiempo que estará disponible, pero una fotografía, una estupenda y panorámica fotografía, vale más que mil palabras para ver lo que está pasando y quienes están allí. Podemos acercar la fotografía hasta leer los carteles y conocer a las personas y ver que las hay de todos los colores, hasta el clásico japonés haciendo fotos con su cámara.

http://especiales.lainformacion.com/panoramicas/manifestacion-acampada-sol/

Que no decaiga.

sábado, 14 de mayo de 2011

IMAN

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“Seguros tengas y no utilices”.

Debe ser que de alguna manera atraigo los líos y los problemas, porque si no la cosa tiene difícil explicación. También es probable que sea yo el que con mi actitud de no permitir que me tomen el pelo haga que cosas que la gente acepta como normales a mí me parezcan un atropello y no caiga en la indiferencia y en la conformidad.

Llevo muchos años sufragando mes a mes el coste de un seguro sanitario privado. Tres de las cuatro personas que conformamos mi familia cotizamos regular y mensualmente a la Seguridad Social, por lo que un seguro sanitario privado no debería de hacer falta. La razón primaria de este gasto extraordinario es tema de los horarios y la posibilidad teórica de seleccionar un médico en el momento que nos venga mejor. En los más de veinte años que llevo con este tipo de seguro suscrito, gracias sean dadas a Dios, lo hemos usado poco o muy poco, pero son de esas cosas que aunque se cuestionan a la llegada del recibo, se van dejando mes tras mes sin tomar la decisión de acabar con ello.

A lo largo de estos años no he tenido ningún reparo en acometer varias veces el papeleo de cambiar de compañía. Al fin y al cabo los médicos son prácticamente los mismos en unas y otras y en el fondo queda la sensación de que si el problema es grave acabarás acudiendo a la Seguridad Social. El último cambio de compañía se produjo a primeros de este año 2011, motivada por dos razones fundamentales: una subida brutal en estos tiempos que corren de más del 20% que anunció la compañía anterior (SANITAS) y una oferta a través de mi colegio profesional realizada por la nueva (ASISA).

Por experiencia en estos cambios, una de las preguntas que hay que hacer afecta al tema de los periodos de carencia. Las compañías de seguros son muy listas y siempre andan con la letra pequeña y más en estos temas en los que no quieren cargar con problemas anteriores. Antes de tomar la decisión de seguir adelante con el cambio de compañía, se me aseguró por activa y por pasiva que al proceder, y documentarlo, de otra compañía con antigüedad en la misma, el período de carencia no me era de aplicación, por lo que tendría plenos derechos desde el primer día de efectividad de la póliza.

Y así ha sido, no hay período de carencia pero hay “otra cosa” cuyo nombre no he conseguido aprenderme a pesar de que me lo han repetido un par de veces. Por un pequeño quiste he acudido al médico. Tras una serie de tratamientos con pomadas el doctor ha decido extirpar de forma quirúrgica el granito para que no siga molestando. Aquí han empezado los problemas, pues este tipo de intervenciones tienen que ser autorizados “expresamente” por la compañía. Llevo 17 días peleando por el asunto sin conseguir una solución, siendo mareado por unos y por otros, hasta que me he enterado que efectivamente no tengo periodo de carencia pero si tengo período de “no sé qué”.

MI primer intento fue a través de los servicios de internet. Tras un par de días de espera tras haber mandado toda la documentación, un escueto correo electrónico me informaba que no era posible llevar a cabo la autorización vía internet y que tenía que hacerlo llamando a un teléfono 902 (esos de todos nuestros operadores están ocupados). Tras el intento y la consabida espera, me comunican que debo mandar un fax o un correo electrónico adjuntando el documento que me ha dado el médico y mi tarjeta de asegurado. Lo de la tarjeta me suena a guasa, como si no tuvieran mis datos en sus registros, pero por pedir que no quede.

Hasta tres veces mandé el correo electrónico sin recibir contestación, así que nuevamente a llamar al 902 (todos los operadores “seguían” ocupados). Aquí a la señorita que me atiende se le escapa una afirmación que enciende mis alarmas: “es que su póliza es inferior a un año de antigüedad”. Hago mención a no tener período de carencia pero sin concretarme mucho me dice que es otra cosa, que efectivamente no tengo periodo de carencia pero si tengo “periodo de no sé qué”.

Como se acercaba la fecha de la intervención, me persono en las oficinas de la aseguradora para ser atendido cara a cara. Ahí, tras más de quince días de marearme por teléfono e internet se descubre el pastel: mi póliza es inferior a un año de antigüedad y hay que mandar un informe al médico, que lo rellene, lo devuelva a las oficinas de la aseguradora y sea revisado por su inspector médico a ver si procede o no procede la autorización.

Vamos, que no tengo período de carencia, pero tengo esa otra cosa con lo que de seguir en esta compañía tendré que estar pagando religiosamente un año antes de que me sea levantada esa condición y tenga plenos derechos. Eso teóricamente, pues algo se podrían inventar y dar otra vuelta de tuerca. La cosa no ha quedado ahí, ya que inmediatamente me he dirigido al departamento correspondiente a tramitar mi baja, pues no quiero seguir en una compañía que me hace sentirme angañado, y además añado que no es la primera vez, pues ya anteriormente hace bastantes años tuve otro episodio con ellos que me ayudó a decidir un cambio de aires. Pues resulta que no me puedo dar de baja hasta el 31 de diciembre pues es una póliza de “condiciones especiales” y tengo que seguir tragando. Toma ya. Siempre queda la opción devolverles los recibos y generarles entropía en sus procesos administrativos, aunque supongo que acabarán metiéndote en el RAI o en alguna de esas, si es que no estoy ya por mis peleas con estos y con otros.

Volvemos a lo de siempre, la falta de información, por no llamarlo engaño, sigue presidiendo las relaciones de los mortales con las empresas. Ni aunque te asegures hasta la saciedad de cosas que ya sabes puedes eludir las tropelías, pues ya se encargan de inventar y esconder otras que pongan todo a su favor y en contra del cliente. Me gustaría saber cuántos asegurados se dieron de baja a primeros de año de la compañía anterior por ese 20% de subida. Seguro que fueron pocos y en el cómputo total la compañía ganó unos buenos euros. Y el coste de su imagen les importa un bledo, en el fondo los usuarios o clientes lo único que podemos es ir buscando la menos mala, porque me da la impresión de que buena no hay ninguna.
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domingo, 8 de mayo de 2011

POSIBILIDADES


El nivel de tecnología existente dota al ser humano de una capacidad impensable hace unos pocos años a la hora de dar rienda suelta a su imaginación y su creatividad. Los ordenadores se han colado de tal manera en nuestras vidas que ahora prácticamente cualquier utensilio tiene alojado en su interior un circuito impreso, un procesador y un software que a poco que nos esforcemos en su control y manejo nos proporcionarán unos resultados increíbles.

Mientras tomaba el aperitivo tras asistir a la misa dominical en una terraza situada al borde de un embalse, he observado como una pareja ha emplazado dos cámaras digitales en sendos trípodes, con un disparador automático sofisticado en cada una de ellas. Tras unos ajustes precisos, las han puesto en marcha y se han sentado a tomar una cerveza, mientras
las cámaras, ellas solitas, hacían su trabajo. Hablando con ellos, me han informado de lo que estaban haciendo, que no era otra cosa que tomar múltiples fotografías del mismo motivo, un monte y el cielo nublado, desde dos ángulos distintos, con vistas a crear video conocido con el nombre técnico de “timelapse”. El hecho de yo supiera de que se trataba les ha sorprendido un poco pues no es un concepto todavía muy extendido y que consiste en generar un vídeo a base de muchas fotografías casi idénticas, con ligeras variaciones, con lo que el resultado es animado. Algo parecido a aquellos efectos especiales en el cine en los que se veía amanecer en un pispás, con el sol subiendo en el cielo a toda velocidad en tres o cuatro segundos.

Las fotos se tomaban de forma automática cada tres segundos y pensaban estar dos horas tomando fotos, lo que supone un total de cuatro mil ochocientas fotografías. El resultado del trabajo podrá verse el año próximo en la exposición sobre Leonardo Da Vinci que tendrá lugar en Madrid.

Si nos retrotraemos unos años atrás, no muchos, esta operación sería impensable e imposible. Con carretes de 36 fotografías, que habría que estar cambiando en un tiempo record de tres segundos, sin mover un ápice la cámara, cada 108 segundos, por no hablar del coste de revelado y procesado. Como digo, no se podría hacer. El “timelapse” se hacía de forma manual, con muchas menos tomas y más espaciadas.

Las facilidades que nos aporta la tecnología llegan a todos los rincones a poco que dediquemos nosotros o alguien de nuestra confianza un poco de tiempo a indagar, preguntar, hacer, construir y preparar. Este es el caso del párroco de la iglesia donde asisto a misa los domingos. Sacerdote ya entrado en años, no por ello deja de utilizar las nuevas tecnologías como apoyo a sus misas dominicales. Aprovechando elementos ya existentes en su iglesia ya centenaria, ha colocado su proyector inalámbrico y proyecta durante la misa y los actos religiosos el correspondiente powerpoint creado “ad hoc” para el evento, de forma que todos los fieles puedan seguirlo mucho mejor, con los textos de las oraciones y de los cánticos. También se ayuda en su homilía, según el tema que vaya a tratar, con fotografías que le ayudan e hilvanar y comentar sus cuitas. Y lleva ya varios años haciéndolo. Es de suponer que con tantas misas que lleva a cuestas en sus muchos años de pastor, la gran mayoría de ellas sin ayudas “powerpointorizadas” , sea capaz de dar la misa sin ayuda, pero el día que le falla la tecnología se le nota que no está a gusto, como que le falta algo. Y algunas veces ha fallado. Amigo Florentino, chapó.

Esto del apoyo con powerpoint es una constante en muchas de las conferencias o charlas a las que asisto. Es infrecuente que alguien se ponga a hablar sin estar pasando imágenes que en muchos casos le sirven de guía ya que se limita a leer su contenido, que es de suponer previamente habrá preparado él o alguien de su confianza. Tanta es la dependencia que en un par de ocasiones he llegado a ver como se suspendía la charla al fallar el proyector, el ordenador o alguno de los elementos, negándose rotundamente el ponente a darla. ¿No se lo sabía? ¿No se acordaba de los textos? El truco es tener las diapositivas impresas para poderlas leer en caso de fallo.

Mientras las cosas funcionan a nuestro alrededor, no tomamos en consideración nuestro grado de dependencia de ellas. ¿Qué haría yo sin mi lector electrónico de libros o mi recientemente estrenado teléfono móvil con “android”?
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domingo, 1 de mayo de 2011

PAPIROFLEXIA


Aunque es una palabra un poco extraña, casi todo el mundo sabe lo que significa, que no es otra cosa que el arte o la técnica de doblar papel con las manos para conseguir formas o figuras. En principio, cualquier tipo de papel liso con un mínimo de gramaje sirve, ni muy ligero ni muy pesado. Los folios normales que generalmente tienen un peso de 80 gramos son muy adecuados. Lo fundamental es tener paciencia y hacer las cosas con la mayor precisión posible, lo que nos garantizará un resultado final correcto. Si los dobleces o plegados que son necesarios para conseguir un objetivo se hacen sin cuidado, al final se irán engrosando los errores pudiendo ser imposible la consecución ideal, bien por imposibilidad bien porque se nos rompa el papel.

Si es arte o es técnica sería un motivo de debate. En lo que a mí respecta, después de haber visto este fin de semana una exposición sobre el tema, lo considero un arte. Una de las figuras expuestas, un cisne realizado en papel era impresionante, sin descuidar otras piezas de la exposición que sin duda habrían requerido a los que las realizaron una considerable cantidad de tiempo, de paciencia y, sin duda, de conocimientos.

Pero lo bonito y bueno de estas técnicas es que se pueden realizar figuras muy simples, con unas pocas instrucciones y un papel, nada más barato y entretenido, relajante si se toma sin prisas y con un coste cercano a cero. Ayer por la parte pasé un buen rato con mi hija haciendo unas cuantas figuras que habíamos aprendido por la mañana cuando asistimos los dos a una sesión familiar promovida por la Asociación Española de Papiroflexia, cuya página web tiene un nombre muy sugerente: www.pajarita.org, ya que no en vano la pajarita es el símbolo más elemental y sencillo de los trabajos con papel.

Siendo yo muy pequeño, mi padre me enseñó unas cuantas figuras, que no he olvidado y soy capaz de realizar todavía aún y cuando han pasado muchos años. El avión, la pajarita, una pajarita más complicada que mueve las alas al tirar de la cola, la huevera y alguna otra quedaron grabadas en mi memoria hace años. Posteriormente, los acercamientos a esta técnica o arte han sido puntuales, pero siempre está la posibilidad de coger cualquier papel y hacerle unos pliegues.

Internacionalmente el nombre más conocido es “ORIGAMI”, originario de Japón donde ya se tienen noticias desde hace cientos de años. La palabra japonesa significa lo mismo que nuestra “PAPIROFLEXIA”. Los más puristas sostienen que se debe de acometer solo con manos y papel, pero no está de más tener a mano algún utensilio que nos pueda ayudar en las tareas, tales como regla, cartabón, tijeras, cúter, o pegamento, entre otros.

Como muchas cosas actualmente, la cosa tiene su importancia. De hecho hay autores reconocidos internacionalmente y se celebran convenciones donde asisten los más reputados papirofléxicos que muestran sus realizaciones, cada vez más complicadas y perfeccionistas. A poco que perdamos un rato navegando por internet veremos figuras y composiciones realizadas en papel que son verdaderas obras de arte. En muchos casos yo no sabría dónde está la frontera, ya que muchas de las figuras parecen esculturas realizadas más con técnicas del tipo de las fallas valencianas que simplemente doblando y doblando un papel.

La papiroflexia es un entretenimiento, pero no solo eso. Al tratarse de una actividad donde se combina lo mental con lo manual, sus beneficios psicológicos son patentes, ayudando al desahogo y la relajación al tiempo que distrae la mente, por lo que puede ser una opción en momentos de ansiedad. De hecho se utiliza en terapia de grupos como elemento aglutinador y que rompe de alguna forma la dinámica del tratamiento, que por momentos puede llegar a ser demasiado seria. En familia es una oportunidad de compartir una actividad entre padres e hijos en momentos insulsos, en los que si no se tiene otra cosa que hacer se acaba enfrente de la caja tonta.

Hay numerosos libros para iniciarse en este mundo interesante y apasionante. Pero en la actualidad el mejor recurso está, como no, en internet. Numerosas páginas contienen dibujos y diagramas pero lo más sencillo es buscar videos en “youtube” donde paso a paso podemos seguir el proceso para realizar las figuras. Mi recomendación es verlos completos antes de iniciar nuestra figura, ya que en internet hay de todo y me encontrado al final que me han tomado el pelo y después de hacer dobleces y dobleces el video ha acabado sin más y me he quedado de cuadros.