Buscar este blog

domingo, 27 de noviembre de 2011

MAYORES



Tengo por costumbre mirar los tablones de anuncios oficiales cuando paso por delante de ellos, lo que procuro hacer con cierta asiduidad. A finales muy finales del pasado mes de septiembre, en una de mis visitas a la biblioteca pública pude leer, casi por casualidad, el cartel cuya imagen adjunto a esta entrada. Por poner un pero creo que es más interesante lo de “Universidad para los Mayores” que lo de “Ahora es un buen momento”, dicho esto como un apunte constructivo a los que elaboran el cartel propagandístico en cuanto a llamar la atención. Ahora, pasados unos meses y tras ver lo que ha cambiado mi vida el cartel, me pregunto qué hubiera pasado si no hubiera ido aquel día a la biblioteca o incluso si yendo no hubiera fijado mi atención en él.

Hoy en día, el complemento de toda información se puede encontrar casi con toda seguridad en internet, así que me faltó tiempo para llegar a casa e indagar más información sobre el asunto, en el apartado especial de la web de la Universidad Carlos III, donde bajo el apartado “Otros Cursos” y “Cursos para los Mayores” podemos acceder a una muy completa información sobre todo lo relacionado con esta, a priori, atractiva para mí actividad. “La educación de todos, para todos y a lo largo de toda la vida” es la frase que ilustra en primer plano la información, una buena máxima que no se aplica en otro tipo de estudios, como por ejemplo los musicales, pero es objeto de otra reflexión.

Toda la información estaba ahí, dos campus, un programa de tres años con clases dos días en semana por las mañanas, una plan de estudios muy atractivo, mayores de 55 años, actividades complementarias, varias promociones ya completadas en los últimos diez años y algunas cosas más que podemos imaginar a poco que nos lo propongamos. Mi situación laboral actual no me garantizaba el poder asistir con regularidad a todas las clases pero la idea era tan atractiva como para planteársela seriamente, con lo que la cabeza se puso en ebullición. Incluso mandé algún correo electrónico para informar a los amigos, alguno de los cuales, Dori por ejemplo, está metida en el asunto por mi culpa y otro, Miguel Angel, no ha podido entrar por falta de plazas.

Volviendo atrás en el tiempo, recuerdo como al acabar mis estudios de bachillerato y C.O.U. quería por todos los medios hacer una carrera universitaria. Ya llevaba cuatro años trabajando en una oficina por las tardes a la salida del colegio para ayudar económicamente a la familia. Arquitectura fue la elegida llegando a matricularme y asistir a clase solo la primera semana de curso. A pesar del apoyo de mis padres que se desvivieron por que continuara haciendo todo lo posible y hasta lo imposible, caí en la cuenta de que era un proyecto no viable, fundamentalmente y sobre todo desde el punto de vista crematístico. No solo no podía detraer sino que debería aportar a una familia en la que éramos cuatro hermanos más mi abuela y el sueldo principal de mi padre más el de su pluriempleo por las tardes-noches no daba para llegar a fin de mes. Con ello mi acceso a la universidad y a su ambiente quedó truncado para pasar al mundo laboral como empleado de banca tras superar la correspondiente oposición y aporrear más de 300 veces por minuto las teclas de una máquina de escribir.

Pero volviendo al hilo de mi historia, era un viernes ya tarde cuando tengo en mi cabeza todos los datos. Uno de ellos me preocupaba sobremanera: en el campus que yo había elegido había setenta y cinco plazas disponibles para el primer curso que se irían asignando por riguroso orden de inscripción. Aunque el curso empezaría en noviembre, el plazo de matrícula estaba abierto desde…..! junio ¡. Los humanos tendemos a pensar en negativo y empecé a hacerme a la idea de que a estas alturas estaría el cupo lleno. Como no me había enterado antes, seguro que el cartel llevaba puesto allí meses y no le había visto, vaya mala suerte y otros pensamientos por el estilo.

El lunes siguiente me faltó tiempo para acercarme personalmente y a primera hora a la administración del programa y rozar el cielo cuando un amabilísimo Jan me informó de que sería el número 47 si decidía matricularme. Me faltó tiempo para sacar todos los documentos necesarios que llevaba preparados por si acaso aunque sin ninguna esperanza. Hubo suerte y seguramente esto cambiaría mi vida en los próximos años.

El programa es un programa para mayores, nada exigente como base pero eso depende de lo que cada uno se quiera implicar en él. Siempre he mantenido que las mayores exigencias son las que uno se autoimpone y que por lo general, a cierta edad, están por encima de las que te llegan de fuera. De pequeño o joven tienes que dar cuenta de tus acciones y de tus estudios a tus padres, pero ahora de mayor solo te tienes que dar cuenta a ti mismo, y eso algunas veces es tremendo.

Llevan transcurridas cuatro semanas del curso. Cuatro asignaturas son troncales: Historia Universal, Arte Universal, Literatura Universal y Geoestrategia, más un par de ellas optativas: Tecnologías de La Información e Historia de la Música. Todas altamente interesantes, donde la hora de clase se pasa a toda velocidad oyendo embobados las explicaciones del profesor, prestando todos una atención infinita derivada de nuestra motivación y nuestra ilusión por aprender. Por cierto, lo de Geoestrategia puede resultar novedoso pero no es otra cosa que la geografía no física, sino más bien política y económica.

Nunca es tarde y las posibilidades de hogaño en la enseñanza no son las de antaño. Los profesores acuden con su “powerpoint” y proyectan imágenes espectaculares que complementan su exposición y además, en el caso de la clase de música, podemos oír las composiciones comentadas como si tuviéramos a una orquesta allí delante o estuviéramos mirando por una ventana al pasado y pudiéramos escuchar a un músico griego deleitarnos con su arpa. Por ende, una plataforma en internet nos permite interaccionar con los profesores y los demás alumnos y disponer de un espacio donde ubicar toda clase de material complementario que los profesores nos hacen llegar. Viva el maravilloso mundo de internet bien utilizado.

Fascinante, seductor, embriagador y unos cuantos adjetivos más, que no hago constar para no aburrir, este Programa para Mayores de la Universidad Carlos III.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

VALENTÍA


Difícil encontrar un rato entre semana para escribir una líneas para el blog, que todo lleva su tiempo aunque parezca lo contrario. Pero es que si no lo digo, lo escribo, reviento. Ya ha pasado el 20-N, las elecciones generales, que han traído el resultado que daban las encuestas y que no ha sido otro que la abrumadora mayoría, mayoría absoluta, de parlamentarios del Partido Popular en los escaños del Congreso de los Diputados. Del Senado, que es eso, no menciono, ni siquiera miré las papeletas asalmonadas que le vinieron bien a mi hija para pintar por detrás. Si deposité mi voto al Congreso aunque de poco sirvió.

Los políticos se han llenado la boca en los últimos tiempos de que en democracia las cosas se consiguen votando. Pues yo no me lo creo y a los datos me remito. Es clamor popular que la ley electoral no es trigo limpio. Algunas voces se alzaron en las elecciones anteriores, en 2.008, pero se acallaron enseguida. Ahora parece que les ha dado más fuerte y gritan un poco más, pero enseguida se pasará, salvo que movimientos ciudadanos no cesen en su empeño de conseguir una ley electoral justa, en la que los votos de cada individuo valgan lo mismo. Ya escribíamos algo en este blog hace cuatro años sobre el asunto en la entrada de este blog titulada VOTOS .

El gráfico anexo de la información.com indica una supuesta composición del Parlamento si no existieran las famosas circunscripciones. Y a más a más habría que darle otra vuelta y ver qué pasa con la Ley D’Hont. Y siguiendo habríamos de hablar de los votos nulos, y de la abstención, y de los que ni siquiera van a votar. Porque estos tres últimos no quedan reflejados en los escaños: siempre serán 350, ni uno más ni uno menos. No es cuestión de hacer números pero al partido más votado le han otorgado su confianza ni el cincuenta por ciento de los que han ido a votar, no digamos ya del Censo y sin embargo…. zas, mayoría absoluta. Enjuagues de la ley que es así. Ya abogábamos por dejar los escaños correspondientes vacíos, sueldos e iphones que nos ahorrábamos, incluso un partido de los que concurrían ha intentado seguir esta idea, sin éxito claro está, ahogado y asfixiado por los grandes, tanto monta monta tanto.

Una cosa es buena, no sabemos si para bien o para mal: la mayoría absoluta. El Gobierno puede hacer lo que le venga en gana sin verse sometido a vergonzantes acuerdos con representaciones minoritarias, por lo general vascos o catalanes, que en los últimos años han utilizado sus escaños como moneda de cambio para conseguir vete a saber qué prebendas.

Y hacer lo que le venga en gana es también arreglar las cosas que se pueden arreglar. No estoy hablando de la economía y de la crisis, pues bien es sabido por todos que nuestros nuevos representantes darán saltitos y menearán la colita cuando, desde fuera, mercados, cancilleres u “obamas” se lo sugieran. Y a callar. Pero de lo que voy a hablar no van a hacer nada, no les interesa, ya que son ellos los principales interesados en que esto se mantenga como está, no vaya a ser que en otras elecciones se lleven un buen revolcón. Ya se lo habrían llevado en estas si el voto de cada españolito hubiera valido lo mismo a la hora de sentar políticos en los sillones parlamentarios. El PP no hubiera conseguido la mayoría y partidos que han sufrido vergonzantes menoscabos por su condición de “nacionales”, como IU y UPyD se hubieran hecho con buen número de diputados que podrían haber cambiado nuestros destinos, repito, para bien o para mal.

VALENTÍA, señores del Gobierno, para CAMBIAR la Ley Electoral y que cada voto valga lo mismo, de norte a sur y de este a oeste, península, islas o “colonias africanas”. VALENTÍA para ELIMINAR el Senado. VALENTÍA para ELIMINAR las Comunidades Autónomas y sus caudillos con séquito, generadoras de gasto y corrupción con “peoras” más que mejoras para el ciudadano y creadoras de división y malas comparativas entre regiones. VALENTÍA para REUNIFICAR municipios, dividir por cuatro o cinco el número de los existentes y ACABAR con los jefes de las tribus y clanes municipales y convertir la función de los alcaldes en desinteresada o casi desinteresada como antaño en lugar de ser una profesión buscada como hogaño.

Al buen entendedor pocas palabras bastan. Pero no lo harán. Empezarán jugando en los escaños con su flamante iPHONE que hemos pagado entre todos los españoles, como si con su austero sueldo no se lo pudieran comprar. Y no lo harán porque tienen otras cosas más importantes en las que ocuparse, como es la de perdurar en su poltrona todo lo posible y de paso realizar alguna actividad legal que les genere algún pingüe beneficio extra si no les pillan.

No aprendemos de la historia. A poco que revisemos como funcionó y llegó a ser lo que fue Egipto en la época faraónica, hace ni más ni menos que cuatro mil años y lo comparemos con lo que tenemos después de tantos siglos, nos daremos cuenta de que los resultados que estamos cosechando son el fruto justo de las semillas que hemos ido plantando, abonando y regando. El peligro exterior se contrarresta con “fuenteovejunas” con valentía y dos pares de narices y de puertas para adentro con una autoridad fuerte, una gestión única y centralizada, que reparta con criterio y justicia los excedentes cuando los haya, dirija la educación, la sanidad, la justicia y esas cosas, controle el valor de la tierra, designe con buen criterio general y nacional las obras públicas y otras cuantas cosas más que están en la mente de todos. La centralización era una modernidad hace cuatro mil años y funcionó y aquí estamos empadronados en dos pueblos distintos los ciudadanos de una parte y otra de la acera en la misma calle y pagamos impuestos distintos por el mismo concepto.

ADICIÓN POSTERIOR

Al día siguiente de publicarse esta entrada, una carta al director escueta en el diario El País, firmada por Javier Polo Brazo, de Sevilla, ha llamado mi atención. La reproduzco aquí previa cita de diario y autor. Se titulaba ¿Quién se acuerda del Senado?

"Si nos quedaba alguna duda sobre la inutilidad del Senado español se nos han despejado en las últimas elecciones generales. Casi ningún medio de comunicación dijo nada de los resultados de esta Cámara la noche electoral y tuvimos que esperar hasta el día siguiente para leer en la prensa escrita el reparto de los escaños. A nadie le sorprendió esto, como a nadie le preocupa el devenir de este órgano que, a niveles prácticos, no sirve absolutamente para nada.

Tampoco parece inquietar a nadie los más de 900.000 votos nulos registrados en el recuento, fruto de una papeleta que genera dudas en un número importante de votantes. Los próximos cuatro años seguiremos escuchando la necesidad de reformarlo, hasta que lleguen las próximas elecciones en las que todo seguirá igual que ahora, salvo que Merkel nos vuelva a obligar a cambiar la Constitución."

domingo, 20 de noviembre de 2011

VESTIGIOS


Hace unos años, no muchos, era imposible seguir el rastro de una persona a lo largo de un tiempo salvo que se le pusiera a su chepa el clásico detective que iba siguiendo sus pasos y tomando notas y fotografías de todos sus movimientos. Ahora, casi sin darnos cuenta, vamos dejando garbanzos y migajas casi de forma instantánea de lo que hacemos y donde estamos. Dos artilugios, al menos, que casi todas las personas en los mundos civilizados llevamos encima van emitiendo información precisa de nuestra vida y de nuestra actividad de forma que cualquiera que tenga acceso a la enorme cantidad de datos generados puede hacerse una idea muy precisa de nuestros movimientos.

Uno de ellos es la tarjeta o tarjetas bancarias que son utilizadas sin recato. No en vano es un signo de comodidad. Y menos mal que lo de la tarjeta monedero no ha cuajado, por el momento. Hasta para hacer un pago de una barra de pan, que lo he visto con mis propios ojos, hay gente que utiliza el plástico. En un servicio de fotocopias que frecuento han tenido que colocar un cartel avisando de que solo se podrá utilizar el pago electrónico si la cantidad es superior a diez euros. Por algo será. Las entidades bancarias, y algunas organizaciones aglutinadoras de datos por encima de ellas, pongamos VISA como ejemplo, saben a ciencia cierta donde hemos estado y lo que hemos comprado por las operaciones que realizamos. Estos datos, utilizados de forma conveniente y no autorizada pueden generar una imagen de nuestro deambular físico, de nuestros gustos y de nuestras aficiones. Por eso será que yo procuro utilizar el dinero en billetes siempre que me es posible. Hace unos días he visto la sugerencia de un candidato que indicaba que TODOS los pagos deberían hacerse con tarjeta bancaria, para evitar el fraude. Así sí que el control sería total, por lo que esperemos que solo sea una más de las muchas mentiras sin sentido que se emiten en las campañas electorales.

Otro compañero diario es el teléfono móvil. Incluso aunque no esté dotado de GPS, la propia conexión a la antena de telefonía permite detectar a la compañía la zona donde estamos. Y llevamos el aparatito encima y encendido todo el día. Hay aplicaciones, como la que ilustra la fotografía, que permiten conocer de una forma prácticamente exacta donde se encuentra una persona. Para que no nos sintamos avasallados, tenemos que conceder el permiso correspondiente para que nuestra localización esté disponible y pueda ser consultada. Con esto, por ejemplo, sé que en estos momentos un amigo mío está en su casa y otro se está dando su paseo matutino, supongo que con el teléfono encima por si ocurre una emergencia.

Todo muy normal. Pero como la posibilidad existe, también puede ocurrir que sea utilizada de forma fraudulenta por aquellas empresas que proveen los servicios. ¿Quién me asegura que Google, en este caso, no está registrando mis andanzas o revisando mis correos electrónicos?. Lo hará o no lo hará, pero posibilidades tiene, no solo ella como empresa sino alguno de sus muchos empleados, con acceso a los datos.

Ayer recibí la solicitud de conexión vía Facebook con una amiga y no es la primera. Estoy en esa red social de forma indirecta ya que me ha sido requerido para participar en un concurso de relatos cortos. O entrabas en la red social o no participabas. El resto del mundo ha facilitado sus contactos de correo, para encontrar amigos, y este amigo virtual se dedica a mandar invitaciones de conexión a todos los correos que cuadran. Fácil, sencillo y exponencial. He aceptado la invitación y he visto un montón de fotografías de esta amiga, de su familia, de sus amigos y de las excursiones que han hecho por el campo en los últimos días. Hay confianza para un uso lúdico de estos datos y estas imágenes, pero ahí están, disponibles para quien quiera y sepa cogerlas. Es aquello del yo te lo digo a ti pero no se lo digas a nadie que acaba sabiendolo todo el mundo.

El tema es preocupante y puede ir más allá. Hace unos días he finalizado la lectura del libro “Acceso no autorizado” de Belén Gopegui, cuya reseña breve puede consultarse en este enlace. enlace. Un curioso planteamiento en el que alguno de los coprotagonistas es un avanzado especialista en tecnologías informáticas. Uno de los sucesos relatados llamó mi atención: por las noches cogía el coche y su ordenador portátil y se iba a la caza de redes wifi desde las que poder realizar acciones que no dejaran un rastro directo a su persona. En un principio pensé que se trataría de redes abiertas, sin control de acceso, que de todo hay en la viña del Señor. Pero no, se trataba de redes cerradas y con clave de protección que nuestro protagonista obtenía en un abrir y cerrar de ojos.

Durante la lectura pensé que era una licencia de escritor. Pero me quedé con la mosca detrás de la oreja y decidí dedicar un poco de tiempo a profundizar en el tema. No es una cosa sencilla pero yo tampoco soy un experto. Tras unos ratos dedicados a leer cosas, todo en la red, y obtener un par de programas, gratuitos, ayer puse manos a la obra desde mi casa, nada de irme con el coche a dar vueltas. Se trataba de un ejercicio puramente académico, ya que yo tengo mi red y no necesito para nada la de mis vecinos. El dato queda ahí: en menos de una hora tenía las claves de acceso a las redes wifi de tres de mis vecinos. Ergo lo que contaba el libro era pura realidad. La cosa no es sencilla y hay diferentes niveles de protección de las redes, pero encontrar las claves, caso de que queramos la de alguna red en particular, es cuestión de tiempo y paciencia. Puede sonar a ciencia ficción pero no lo es.

Y mientras tanto deambulamos tan tranquilos por la vida, con nuestro teléfono inteligente y su GPS encendido y utilizando nuestra tarjeta de crédito sin miramiento. No sé si estamos siendo seguidos, pero podemos estarlo con relativa facilidad y no por el clásico detective de gabardina y sombrero, oculto tras un diario, sino por alguien sentado cómodamente delante de un ordenador en un lugar cualquiera del mundo.
-

lunes, 14 de noviembre de 2011

MEDROSÍA


Me viene pintiparada la palabra rara recibida hoy mismo en mi correo electrónico para titular con ella esta entrada del blog, que se ha retrasado un poco debido a una atareada semana anterior que por fin ya pasó.

No es bueno escribir sobre temas políticos pero también es malo dejar de hacerlo. Estamos en la última recta de la campaña electoral, donde los candidatos y candidatas, menos, se esfuerzan por que atendamos sus consignas y cuando lo consiguen, lo que no es mi caso, quieren convencernos no solo de lo buenos que son ellos sino de lo malos que son los demás, que de todo hay.

La imagen que ilustra esta entrada es de fabricación casera. Ahora que me he aficionado al “powerpoint” toca hacerlo todo con esta herramienta en detrimento de otras más sencillas como “paint” o de otras más complicadas como el “potochó”. En todo caso es el remedo de una pancarta que pude observar en una manifestación y que me gustó, porque coincide con una idea que hace tiempo me viene dando vueltas en la cabeza. Lo de la línea primera, al mezclar las siglas de los dos partidos políticos mayoritarios está claro, se trata de hacer un único partido aglutinando a los dos, que un poco en realidad eso es lo que es. Tanto monta, monta tanto que se viene diciendo desde la Edad Media.

El texto de la segunda línea, en inglés, es famoso y a buen seguro conocido por todo el mundo, a poco que haya jugado en alguna maquinita. Ya hace muchos años, las máquinas de bolas, supongo que importadas del extranjero, terminaban la partida con ese mensaje. Eso es lo que significa, fin de la partida, se acabó el juego. No es que el PP y el PSOE, es decir el PPSOE, estén jugando, no digo yo eso, pero sí que se les acabó el tiempo. Les toca jugar a otros. Aunque sea un ratito y lo hagan peor.

No tengo muy claro si el bipartidismo político es bueno o no para una nación. Lo más probable es que con esta fórmula se consiga estabilidad y las alternancias en las tareas de gobierno se produzcan sin sobresaltos ni traumatismos, con toda la tranquilidad posible. O uno u otro ganarán las elecciones en función del tiempo que lleven o de como hayan desarrollado su labor. Lo que no es de recibo es lo de aquí. Que oficialmente hay libertad de partidos, que puede haber muchos, pero la realidad es que los que están fuera del binomio en el poder, PPSOE, lo tienen muy crudo para poder rascar un diputado que sentar en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. Ya hemos hablado de ello en otras ocasiones, ver la entrada VOTOS , de cómo los minoritarios, aclaro los minoritarios no nacionalistas, se las ven y se las desean para conseguir un diputadillo que sentar en el congreso y tener siquiera una presencia simbólica que les permita decir algo en el poco tiempo que les asignen.

Uno de los movimientos ciudadanos de los últimos meses, cuyo nombre no mencionaré para que no se piense que le hago propaganda, ha recogido el sentimiento de muchos españoles acerca del bipartidismo: que ya está bien. Pero la única posibilidad que tenemos, ya nos lo recalcan los que están y los que vienen, es acudir a votar y con nuestro voto cambiar las cosas. Bien saben ellos que tal y como están las cosas eso no es posible. No ya fundar un partido nuevo sino una vez conseguido esto y solventadas todos los impedimentos que son, han sido, muchos, es imposible llegar a los ciudadanos sin la potencia monetaria de los partidos en el poder y sin asignación, mísera y paupérrima, de espacios gratuitos en los medios. Tarea de gigantes.

Las redes sociales e internet tienen mucho que decir en esto. Pero somos pocos los ciudadanos que vivimos en ellas y con ellas. Pero es cuestión de tiempo, seremos cada vez más y será cada vez más difícil acallar la justa protesta en contra de lo establecido y que no va a ser cambiado por las buenas por quienes se perpetúan una vez tras otra en las poltronas de Congreso y Senado.

Hay que ir a votar y no vale votar en blanco ni votar nulo. Hay que votar alguna de las opciones. Con seso y sentido, con practicidad y con tino para conseguir lo que queremos. Y si no sabemos cómo hacerlo, si estamos indecisos, pero tenemos claro que los hechos, las actuaciones del partido en el poder, PPSOE, en los últimos treinta años, no nos convencen ni son una garantía para el futuro de que cambien algo las cosas, busquemos ayuda, sin pudor y sin vergüenza, en amigos, publicaciones, foros, blogs, en la red, donde sea. Son muy pocas, por ahora, pero hay formas de ir empezando a dar los primeros pasos de cara al futuro, nuestro futuro, que o miramos nosotros por él o estas personas, cuya profesión es la política y no actúan con desinterés, poco van a hacer. Sin generalizar, pero treinta años nos contemplan ...porque si nos fijamos, son los mismos de siempre. Poca, muy poca, ninguna renovación. Ya se cuidan de ello en sus luchas internas, que no son pocas.

Por cierto, tener medrosía es tener un miedo permanente. Ninguna ilusión ni ninguna esperanza, tampoco medrosía pero si algo de miedo, o prevención, en lo que pase el próximo domingo y lo que designen los que nos gobiernen con esa patente de corso que parece les va a ser concedida según todas las encuestas. Dios nos coja confesados a muchos, porque solo unos pocos, los de siempre, no tendrán ningún problema para seguir como hasta ahora.

sábado, 5 de noviembre de 2011

BARRERAS

-
Parece que hay muchos empeñados en no entender aquella famosa frase de “no se pueden poner puertas al campo” e intentan por todos los medios a su alcance impedir todo lo que se les pasa por la cabeza .La web, internet, es un campo hermoso, maravilloso, a veces peligroso, capaz de todo lo bueno y todo lo malo, que está dejando sin puertas a más de uno que sigue erre que erre en poner trabas y cortapisas. Pero es casi imposible, la naturaleza, el campo, la web, se defiende y encuentra caminos alternativos, quizá como el agua y el aire, que son muy difíciles de sujetar y, con tiempo, acaban rebasando sus barreras.

Esta semana ha saltado la noticia en la web sobre el libro que ilustra entra entrada: “Hay Alternativas”. Una reseña puede consultarse en el blog amigo alqs2d  Escrito por tres autores, catedráticos y economistas, iba a ser publicado el pasado 19 de Octubre pero en el último momento la editorial comunicó a los autores que se posponía su salida al mercado, sin ninguna justificación ni explicación. El momento era importante porque estamos a las puertas de unas elecciones generales, anticipadas recuérdese, y la coletilla del título puede incitar a alguno de esos que ponen candados al campo a mosquearse: “Propuestas para crear empleo y bienestar social en España”. Y conociendo la trayectoria personal y profesional de los autores, con sus ideas subjetivas como las que todos tenemos, podía ser políticamente incorrecto que ciertas ideas fueran difundidas en estos momentos.

Los autores se encontraron delante de una de esas puertas, cerrada a cal y canto, sin posibilidad de reacción, al menos aparentemente. Pero la red vino en su auxilio y tras tomar la decisión, el libro estaba colgado y descargable de forma gratuita, además de empezar a moverse como una explosión esta disponibilidad a través de lo que se conoce como “redes sociales”. “Que rule” titulaba un amigo en su "twitter". Prácticamente en minutos, una persona sentada bajo un baobab en cualquier parte de África o en la cumbre de una montaña, si hay cobertura, podía empezar a leer las ideas contenidas en este libro.

Hay gente, mayor y no tan mayor, que alardea de no tener internet. Pues no saben lo que se pierden, allá ellos. Pero incluso para estos los autores han buscado una solución y tras hablar con otra editorial, han conseguido sacar a la calle una copia impresa que seguramente ya estará disponible para su venta al precio de diez euros por las canales habituales de librerías y tiendas especializadas y no tan especializadas. Pero este canal tradicional, donde el continente y el contenido van indisolublemente unidos, es lento. La red ha dado soporte al contenido que ya ha podido ser leído por muchos, entre ellos el que suscribe, y además en un lector electrónico, que es más moderno.

Y hablando de cosas similares, ayer ha sido puesto a disposición pública un documental acerca del movimiento que se ha dado en llamar 15-M o de los “indignados”. Para evitar las puertas y los candados, la red y su ya conocido portal “YOUTUBE” han sido el soporte elegido. Es de suponer que sería imposible ver esto en salas comerciales, comprarlo en DVD o inclusive poder llegar a plantear que alguna cadena de televisión llegue a emitirlo. Pero los que sí que disfrutamos de las ventajas de internet hemos podido descargarlo y guardarlo en nuestro disco duro multimedia, cerquita de la televisión, para verlo cómodamente sentados en el sofá. Bien es verdad que hay algunas limitaciones, impuestas por el modelo de YouTube, como esos quince minutos de tope para los videos alojados. Esto ha hecho que el documental haya tenido que ser troceado en seis partes, pero una vez descargado hay multitud de programas que permiten su “juntura”, su empalme, para verlo de un tirón.

A continuación consigno los enlaces tanto para la descarga del libro como para la descarga o visualización del documental. Solo como pista, para descargar videos de YouTube o similares, utilizo el programa gratuito “  aTubeCatcher ” que hace muchas y muy interesantes cosas además de esta de descargar videos, y puede ser utilizada de forma transportable . De paso este formidable programa tiene la posibilidad de facilitarle los seis enlaces en orden y el solito deja el video completo tras la descarga.

A disfrutar de internet y de sus posibilidades.

EDITADO LUNES 7 de NOVIEMBRE DE 2011.

Pues han puesto "puertas" a este "campo". Hoy no se pueden ver los vídeos. Puedes intentar descargarlo del siguiente enlace Documental Indignados 15-M


EDITADO MIERCOLES 9 de NOVIEMBRE DE 2011.

Han quitado o abierto las "puertas" al "campo". Los enlaces de de las seis partes en youtube están operativos. El enlace del apartado anterior "Documental Indignados 15-M" estará disponible un tiempo y en el se puede descargar todo el documental completo y sin interrupciones.


LIBRO

Hay Alternativas

DOCUMENTAL

PARTE-1
PARTE-2
PARTE-3
PARTE-4
PARTE-5
PARTE-6 y última