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sábado, 17 de noviembre de 2012

ESTADOUNIDENSES



A raíz de los comentarios de una entrada anterior en este blog titulada MDSCC, me han venido a la memoria dos historias protagonizadas por mi padre en los años sesenta del siglo pasado que recuerdo con cierta nitidez.

Al crearse la estación de seguimiento de satélites en Robledo de Chavela en 1965, el personal especializado que la atendía era de origen estadounidense. La estación en sí era un pequeño pueblo al más puro estilo de los de los Estados Unidos donde además de desarrollar sus funciones laborales, los laborantes podían vivir con sus familias. Pero alguno de ellos, al menos los fines de semana y luego a diario prefirió hacerse con una vivienda en alguna de las localidades cercanas, de forma que así se mezclaba con los lugareños en un intento de cumplir con aquel viejo dicho de “donde fueres haz lo que vieres” y así aprender algo de la cultura y de las gentes del país.

Uno de ellos tenía por nombre Gerónimo y llegó a hacerse muy amigo de mi padre, que en su condición de cartero urbano le llevaba numerosa correspondencia postal. La foto que ilustra esta entrada fue tomada por él, con una cámara Polaroid en la primavera de 1967 por lo que es de destacar el que sea en color cuando en aquella época andábamos todos con el blanco y negro. De vacaciones en su país natal, Gerónimo comentó con sus amigos las numerosas relaciones personales que había establecido en el pueblo de forma que era muy conocido. Ante su incredulidad, les propuso una apuesta consistente en que le enviaran una carta en la que solo figurara su nombre simple, Gerónimo, y la localidad, con algún dato interno que solo podría conocer si en realidad recibía la carta. Ni que decir tiene que mi padre, al ver en Correos una carta dirigida a un escueto Gerónimo y procedente de los Estados Unidos, dedujo rápidamente quién era el destinatario y se la entregó. Esto le hizo ganar la apuesta. Con el tiempo nuestro amigo Gerónimo volvió a su país y se perdió su pista. Es de suponer que en estos días o sea muy mayor o incluso haya fallecido pero en los años que estuvo por nuestras tierras dejó su impronta de amabilidad y camaradería al mezclarse con nosotros, cosa que hicieron muy pocos de sus compañeros.

La otra historia tuvo relación con la llegada del hombre a la Luna el día 20 de julio de 1969. El comandante Neil Amstrong a bordo del Apolo 11 pisó, aunque hay mucha controversia todavía, por primera vez la superficie lunar al descender en el Mar de la Tranquilidad del módulo Eagle. Mi padre era un gran aficionado a los sellos, como una extensión de su profesión, y mantenía una colección actualizada que en su día tendría cierto valor. Con motivo de esta efemérides se publicó una colección de sellos. Mi padre, no sé si a través de Gerónimo o de forma directa, se le ocurrió añadir valor a esa colección de sellos si conseguía sobre ellos la firma o autógrafo del propio comandante Amstrong, por lo que le dirigió una carta adjuntando dos colecciones completas, una como regalo y la otra para que se la devolviera firmada. Yo creo que mi padre daba por perdidas las dos colecciones dada la distancia y la insignificancia que suponía el hecho de que un cartero perdido en un pueblo de España dirigiera tal solicitud.

Pero, lo que son las cosas, mi padre recibió contestación, solo que la colección de sellos regresaba sin la firma pretendida. Neil Amstrong se excusó diciendo que debido a las restricciones publicitarias impuestas por la NASA no le era posible acceder a la solicitud, pero como compensación adjuntó a mi padre una foto-poster con una dedicatoria. La fotografía ilustra el pie de esta entrada y en ella puede verse el nombre de mi padre escrito a mano por el propio comandante recientemente fallecido. En el año 2000 tuve la oportunidad de visitar Cabo Cañaveral. Mi hijo llevaba una camiseta en la que habíamos impreso esta fotografía y vimos como llamaba la atención de la gente de la base que atendía a los turistas e incluso un astronauta veterano que daba la charla de introducción a la visita se fotografió con nosotros y nos dijo que había sido compañero de Amstrong en una misión posterior.