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sábado, 8 de noviembre de 2014

WASAPS



Ha sido la comidilla de la semana en la red y en las tertulias, no se habla de otra cosa, por lo general con comentarios más que encendidos en contra de la última modificación introducida por WhatsApp, la archiconocida y utilizada aplicación de mensajería instantánea entre usuarios de los teléfonos llamados inteligentes, una aplicación no gratuita que usamos a diario millones de personas en el mundo. La modificación ha consistido, básicamente, en lo que se ha dado en llamar el «doble "check" azul». Ya existían los «check» con anterioridad, ese signo que toda la vida he conocido como de puntear una cosa, representado por √. El primero se añadía a nuestro mensaje cuando los sistemas de la empresa habían recibido el mensaje procedente de nuestro teléfono. Un segundo signo de punteo adicional indicaba que el mensaje había sido recibido en el teléfono del destinatario. A partir de ahí todo tipo de especulaciones sobre si lo habría leído o no. Ahora, con la incorporación del cambio de los dos signos de punteo pasando de grises a azules tenemos una constatación efectiva de que nuestro contacto ha leído el mensaje.

Pero como todo en este mundo, hay opciones de leer los mensajes sin que se produzcan los dos punteos azules…

Este asunto del doble punteo ha traído cola y ha servido y sirve desde hace años como motivo de discusiones acerca de la lectura o no de los mensajes y la contestación a los mismos. Hay que indicar que, si no lo inhibimos en la configuración, WhatsApp muestra si estamos en línea o en su defecto la fecha y la hora de la última conexión. Si el mensaje lo habíamos recibido con anterioridad a nuestra última conexión podían pensar que lo habíamos leído, pero esto no era fiable ni cierto. Ahora sí con el doble punteo. ¿Seguro? Ya anticipamos que hay varias maneras de evitarlo. 

Algunas personas dan una importancia tremenda a estos temas. Algunos jóvenes lo utilizan de forma machista para controlar a sus parejas de maneras que rayan lo patológico, utilizando estos y otros medios a su alcance como los GPS de los teléfonos para tener controlado en todo momento al «contrario» o «contraria» como gusta de tildar mi buen amigo Juanlu. Es muy recomendable la visualización de un vídeo de tres minutos y medio que circula por la red en la conocida plataforma de Youtube donde una pareja primero comenta cosas enamoradísima para luego acabar discutiendo seriamente por este asunto. Podemos verlo en este enlace.

En otro orden de cosas y por fijar ideas, recuerdo que hace años, cuando estaba a punto de empezar mis andanzas en Twitter, un buen amigo me dio una serie de recomendaciones básicas. Entre ellas me decía que pusiera mi nombre real, mi foto real y que antes de escribir trinos lo pensara bien y asumiera sus consecuencias, y además de por vida y para siempre. Todo otro tipo de operaciones de dobles usuarios, mensajes cruzados y demás zarandajas acaban siendo descubiertos con el tiempo y no traen más que malas consecuencias. Hay que poner la cara y asumir que te la partan si te equivocas o dices cosas inconvenientes. La red es la libertad pero hay que saberla usar.

Se me ocurre una comparación ahora con la religión. Hablando de la católica a modo de ejemplo, es como aquellos que dicen ser católicos pero que no quieren ir a misa los domingos ni confesarse. Una religión a su medida, cojo lo que me gusta y lo que no me gusta lo desecho. Pues no, eso no vale. Si queremos ser de una cosa, debemos asumirla en su integridad y si no escoger otra o ninguna. Yendo a nuestro terreno, si queremos WhatsApp, con su doble «check» azul, lo tomamos como es, en su integridad, o lo dejamos y usamos otros, que los hay. Pero no, queremos WhatsApp sin esta funcionalidad, ver a los otros y que no nos vean, en suma, a nuestra medida. Es mejor no comerse la cabeza y ser íntegros y honestos. Nos ahorraremos problemas.

Buscando en la red, se pueden ver muchas formas de saltarse este control. Muchas de ellas no funcionan, como quitar los datos o poner el teléfono en modo avión, ya que en cuanto restauramos a situación normal, se disparan los avisos y la otra persona verá que hemos leído sus mensajes. Entre las que he podido ver por ahí, la mejor y la más sencilla es la que figura en la imagen adjunta. Se trata de incorporar a nuestra pantalla uno de los «widgets» que aparecen por el hecho de tener la aplicación instalada en nuestro teléfono, concretamente el que puede verse resaltado en la imagen de la izquierda. En esa ventana iremos viendo los mensajes de todos los usuarios de modo progresivo sin que se produzca la confirmación. Además podemos entrar y contestar en los wasaps particulares de los demás usuarios e interaccionar con ellos siempre que tengamos cuidado de no entrar en el que no queremos que tenga confirmación aunque sí habremos leído sus mensajes. Eso sí, hay que tener en cuenta que estamos como antes: si no lo hemos quitado en la configuración, WhatsApp se chivará de que estamos en línea o de nuestra última conexión.

Se me olvidaba, wasap, wasaps y wasapear, con «w»  y no con «gu», son acepciones castellanizadas o españolizadas admitidas en nuestra lengua, según puede verse en esta entrada de la FUNDEU, Fundación del Español Urgente.