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sábado, 31 de octubre de 2015

LUCY




Iba a empezar este comentario con el consabido ¿quién no ha oído hablar de Lucy? pero caigo en la cuenta que serán muchas las personas a las que este escueto nombre de mujer, así, de sopetón, no les diga nada. Tendría que tratarse de alguien un poco aficionado a las cuestiones de paleoantropología y estar preocupado, algo preocupado, por la pregunta ¿de dónde venimos? para tener en la mente este nombre de cuatro letras y no precisamente español, que sería Lucía. Solo como curiosidad añadiremos que este nombre se decidió por una entonces conocida canción de The Beatles titulada "Lucy in the sky with diamonds".

Hace más de cuarenta años, en una región perdida de Etiopía llamada Hadar, un jovencísimo Donald Johanson, junto con Tom Gray y su equipo, se topaba un veinticuatro de noviembre de mil novecientos setenta y cuatro con uno de los grandes descubrimientos de la humanidad: el esqueleto incompleto de una mujer, perteneciente a la posteriormente denominada Australopithecus afarensis, que podría tener cerca de tres coma dos millones de años de antigüedad y que sin duda era uno de los ancestros del homo sapiens, que es lo que somos nosotros ahora en la actualidad. En los inmediatos años posteriores se descubrieron más fósiles de homínidos en la zona junto con sus herramientas, aspecto este importante pues es una de las consideraciones a tener en cuenta en la diferenciación como especie humana. Los hallazgos cubren un período de cuatrocientos mil años, pero desafortunadamente en 1976 la situación política paralizó las excavaciones en la zona durante quince años.

Donald Johanson había nacido en Chicago en 1943, por lo que en aquella época contaba poco más de treinta años. En la actualidad, octubre de 2015, cuenta con algo más de setenta, lo que no le impide seguir en la brecha. La imagen que acompaña a esta entrada está tomada de los vídeos de un curso MOOC gratuito de la Universidad del Estado de Arizona, que se imparte bajo la plataforma eDX y que lleva por título «Human Origins». En ningún momento relacioné mi inscripción hace unas semanas, insisto en lo de gratuita, en este curso con la figura de este erudito completamente desconocido para mí aunque no lo fuera «Lucy».

Han transcurrido solamente dos semanas de las cuatro que componen el curso. Han sido más de cuatro horas de vídeo en las que he podido deleitarme con las explicaciones de este caballero desgranando conceptos muy interesantes, para mí, sobre la evolución, los primeros pasos de los Darwin, Lamarck, Wallace, Linneo y compañía y las diferencias existentes entre monos, primates, gorilas, orangutanes, bonoboos y una gran multitud de especies que se parecen pero que no tienen nada que ver, ni entre ellos ni con nuestros ancestros. Descendemos de los chimpancés aunque nuestro tronco es común con las especies mencionadas.

De una forma gratuita y cómodamente sentado en el sillón de casa, uno puede recibir lecciones de una eminencia como es este antropólogo. Bien es verdad que son en inglés, ese lenguaje maldito para muchos españoles, pero las tecnologías modernas permiten complementar los vídeos con los subtítulos de lo que se va relatando, lo que ayuda enormemente en su comprensión. No es el caso, pero otro día hablaremos de las enormes posibilidades que permite la reproducción de vídeos en el ordenador, donde podemos acelerar o retrasar la velocidad del habla y las imágenes a nuestro gusto.

Aquí en España estamos lejos de Hadar pero cerca de una maravilla en estos temas como son los yacimientos burgaleses de Atapuerca, complementados en la actualidad aunque desde hace pocos años con el Museo de la Evolución situado en la capital castellana. Solo la historia de cómo la ejecución de las obras de un tren minero en 1929 puso al descubierto el yacimiento ya es de por si un milagro, aunque tuvieron que pasar muchos años hasta que en 1969 un antropólogo español tomó conciencia de lo que podía suponer este yacimiento en la construcción del puzle incompleto de la historia de la humanidad al hallar restos de la que posiblemente sea la especie humana más antigua de Europa, el denominado «homo antecesor» que vivió hace alrededor de un millón de años. Una visita a ambos lugares, el museo y los yacimientos, debería de ser obligada para comprender lo que somos y nuestros orígenes, al tiempo que despertar nuestra curiosidad por estos temas si es que no la teníamos lo suficientemente despierta ya como es mi caso. He tenido la oportunidad de visitar ambos lugares, la última vez en 2013 según describo en esta entrada y espero que no sea la última. Numerosos libros de eruditos españoles, como es el caso de «La especie elegida» escrito por uno de los codirectores de las excavaciones, Juan Luis Arsuaga, también nos permitirán a nosotros excavar simbólicamente en la mina y conocer algo más sobre nosotros mismos y nuestros orígenes.

Y por si fuera poco el curso, las maravillas de la tecnología permiten un contacto más directo sin importar las distancias. Hay varias plataformas, pero la conocida como Google Hangouts nos va a permitir el próximo jueves día cinco de noviembre de 2015 asistir en directo, igualmente cómodos en nuestro sillón, a una conferencia del profesor Johanson, en la que podremos intentar, seremos muchos, interactuar con él y mandarle nuestras preguntas a través de la red. Más experiencias apasionantes que ir acumulando y con las que podemos disfrutar. Y… ¿hay gente que se aburre sin nada que hacer?

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